Cada año, cientos de miles de personas acuden a las estaciones termales y a otros centros de acondicionamiento físico, buscando beneficiarse del calor reconfortante de un baño de barro, para ayudar a las articulaciones, o de los usos terapéuticos de la arcilla para aliviar sus dolencias cotidianas.
¿Por qué elegir una terapia termal?
El termalismo es un tratamiento curativo basado en los beneficios de los manantiales. Ayuda a tratar problemas de salud y determinadas patologías como: eccemas, trastornos respiratorios o dolores articulares. Esta terapia termal, siendo rica en minerales, reduce el dolor de espalda, la lumbalgia, la artrosis o la artritis. De igual manera, es útil para disminuir dolencias relacionadas con el parto.
La terapia termal favorece la circulación sanguínea y estimula el sistema nervioso gracias a los baños o duchas de chorro a presión. Y los tratamientos, generalmente a base de arcilla, alivian el cansancio y la ansiedad.
¿Cuáles son las virtudes del barro?
El barro cuenta con propiedades para aliviar el reumatismo, la artritis, los esguinces o las tendinitis… El 75% de los centros termales utilizan arcilla para perfeccionar los efectos de los baños de barro. El sumergirse en una piscina llena de una mezcla de arcilla y agua termal, permite a las personas aprovechar el calor para relajarse y aliviar molestias en las articulaciones. Además, el baño de barro ofrece numerosas sensaciones como: la difusión del calor, una textura homogénea y una suavidad en la piel.
Los baños de lodo son populares en reumatología. Gracias a una cierta densidad y una consistencia fluida, permiten que la persona pueda moverse con facilidad y relajarse. Los tobillos y las rodillas quedan móviles en estos baños curativos.
Generalmente, el barro se envuelve con una tela en una o más zonas específicas del cuerpo en forma de cataplasma. Se aplica a una temperatura superior a la del cuerpo y se deja entre 15 y 20 minutos para que sea eficaz.
La terapia termal es ideal en tratamientos adaptados a cada persona, ya que son supervisados por el personal médico del establecimiento para proporcionar la mejor atención posible: masajes, cursos acuáticos, baños y duchas. Como en la mayoría de los baños prescritos en las terapias termales, el efecto de empuje de Arquímedes facilita la movilidad del paciente. Bajo la acción del barro, el peso es más ligero y las articulaciones menos estresadas. Estos tratamientos clásicos y ancestrales han demostrado desde siempre su eficacia para personas con problemas dermatológicos, neurológicos y reumatológicos.
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